Una mujer perdió la vida durante la reconocida Fiesta Tradicionalista “El Modelito”, realizada en un predio rural del partido de General Guido. El hecho ocurrió cerca de la pista de baile, en plena actividad, frente a decenas de personas que participaban del encuentro.
Testigos aseguraron que la víctima se descompensó de manera repentina y fue asistida, en un primer momento, por otros asistentes. Sin embargo, lo más alarmante es que no había personal médico presente en el lugar al momento del episodio. La atención llegó tarde, y aunque se intentó reanimarla, la mujer falleció en el predio.
La ausencia de un servicio de emergencia en un evento de tal magnitud genera inquietud: ¿cómo es posible que una fiesta que convoca a cientos de personas al aire libre no cuente con una ambulancia en el lugar? ¿Quién garantiza la seguridad y la integridad de los asistentes cuando ocurren situaciones de riesgo?
Según versiones extraoficiales, la víctima —que habría sido identificada como vecina de General Madariaga— fue trasladada sin signos vitales. Algunos asistentes reclamaron la presencia de la Policía Científica para esclarecer las causas del deceso, aunque hasta el momento no hay información oficial sobre lo ocurrido ni sobre la identidad de la mujer.
Más llamativa aún fue la actitud de la organización del evento, que decidió continuar con la programación con total normalidad. En sus redes sociales no emitieron ningún comunicado sobre el fallecimiento ni ofrecieron condolencias, a pesar del fuerte impacto que causó la muerte en el público.
La Fiesta “El Modelito” es un evento tradicionalista que año a año suma concurrencia, con presentaciones musicales, danzas y actividades camperas. Sin embargo, lo sucedido este fin de semana pone en tela de juicio la responsabilidad de quienes están detrás de su organización.
¿Debe seguir realizándose un festival que no garantiza condiciones mínimas de asistencia sanitaria? ¿Quién habilita este tipo de encuentros sin exigir un servicio de emergencia en el lugar? ¿Qué controles se aplican para prevenir tragedias evitables?
Lo cierto es que una mujer murió y nadie se hizo cargo. El silencio de la organización es tan grave como la ausencia de una ambulancia.
Mientras algunos bailaban, alguien perdía la vida. Y mientras algunos celebraban, otros miraban con impotencia cómo no había nadie que asistiera a tiempo.
¿Cuántas tragedias más hacen falta para entender que la tradición no puede estar por encima de la vida?
